Trastorno de identidad disociativo

El otro día vi una película que me hizo querer escribir sobre este tema en concreto. ¿Habéis oído hablar alguna vez que una misma persona pueda tener varias personalidades diferentes?

La respuesta es sí, pero hasta cuántas personalidades son capaces de manifestarse en una misma personal. En la que película que vi, el protagonista era capaz de manifestar hasta 24 personalidades diferentes, aunque en la realidad no hay ningún estudio clínico que muestre la existencia de más de tres.

La principal característica de este trastorno es la existencia de dos o más identidades o estados de la personalidad que controlan el comportamiento de la persona de manera recurrente. Otra característica común es la incapacidad de recordar información personal importante.

Generalmente hay una identidad primaria con el nombre de la persona, que es pasiva, dependiente, culpable y depresiva. Las identidades alternantes poseen habitualmente diferentes nombres y rasgos que contrastan con la identidad primaria (mientras que la identidad primaria es pasiva, una de las identidades secundarias puede ser hostil, dominante, etc.)

Incluso es común que personas que sufran este trastorno puedan asumir identidades de diferentes edades, sexo, vocabulario o conocimientos generales.

Normalmente este trastorno surge como resultado de abusos en la infancia o traumas que llevan a la persona a refugiarse en otras personas diferentes dentro de sí misma para no sufrir más.

Hay pocos casos clínicos documentados sobre personas que sufren este trastorno, pero si a alguien le interesa le dejo el tráiler de una serie que retrata este trastorno.

¿Qué ocurre cuando un delito prescribe?

La prescripción de delitos viene contemplado el artículo 132 del Código Penal. Concretamente en el apartado número uno de dicho artículo se establece que “un delito prescribe a los veinte años cuando la pena máxima señalada al delito sea prisión de quince o más años”.

En España hay un delito que ha prescrito siguiendo este artículo, y es un delito que ocurrió hace más de 20 años en un Cortijo sevillano. Estoy hablando de “El crimen de los Galindos”.

El 22 de julio de 1957 en un cortijo de la pequeña localidad sevillana de Paradas se cometió un quíntuple asesinato, a día de hoy sin resolver, para que el tiempo se hubiese tragado al criminal o criminales.

La primera víctima que fue encontrada fue el capataz de la finca Manuel Zapata, asesinado a golpes; la segunda víctima fue su mujer que también fue asesinada a golpes.

La tercera y cuarta víctimas fueron el tractorista Ramón Parrilla y su esposa Asunción, que estaba embarazada.Ellos fueron asesinados mediante disparos y más tarde, intentaron quemar los cuerpos en el establo.

La quinta y última víctima fue otro tractorista, José González. Según las investigaciones esta muerte fue accidental porque se ha probado que cuando José llegó a la finca sorprendió a los criminales (o criminal) intentado quemar los cuerpos, y éstos al verse sorprendidos le dispararon varias veces, pero éste consiguió escapar hasta que se desplomó en el suelo, y los criminales lo remataron con otro disparo.

El crimen fue descubierto por los jornaleros de la finca que vieron salir un intenso humo del cobertizo, y al llegar al cortijo se encontraron con los cadáveres de cuatro personas, siendo que el cuerpo del capataz fue encontrado días más tarde, haciendo pensar en un momento que el culpable era él.

En aquella altura no se tenía tanto cuidado en la recogida de vestigios en el lugar del crimen que pudieran apuntar hacia algún sospechoso, quedando el escenario del crimen alterado y las pruebas manipuladas, rompiéndose así la cadena de custodia.

Entre los móviles del crimen se apuntó a los celos del tractorista Ramón respecto de una supuesta relación entre su mujer y el capataz de la finca, apuntándole con el dedo la culpabilidad, pero se desestimó esta teoría. También se barajaron otros móviles, todos ellos desestimados.

¿Celos, drogas, rencillas personales, legionarios asesinos? Quizás las causas sean muy diferentes, pero una cosa está clara: 41 años después del macabro crimen, es muy difícil que se aporte algo de luz a lo ocurrido aquel día.

¿Es posible rehabilitarse?

Esta es una pregunta que tiene diferentes respuestas según la persona que la conteste. Para algunos sí es posible la rehabilitación, para otros es totalmente algo impensable, mientras que para otros depende del tipo de persona y crimen que haya cometido.

Seguramente todos conocéis, o habéis oído, el nombre de “El asesino de la Catana”.

Su nombre real es José Rabadán Pardo, y ahora es un hombre “rehabilitado” de 34 años, casado y con una hija de tres años.

Con tan solo 16 años mató a sus padres y a su hermana de 9 años con una catana mientras dormían. José Rabadán fue condenado a doce años de medida re educativa de internamiento en un centro terapéutico (cuatro por cada delito), pena que fue reducida por la Ley del Menor aprobada tan solo nueve meses  después del crimen.

Pasó la mayor parte de su condena internado en un varios centros de menores y dos años los pasó en régimen de libertad vigilada, en total cumplió 8 años de pena por tres asesinatos.

José fue diagnosticado de psicosis epiléptica idiopática, uno de los síntomas más importantes son las ilusiones y delirios cromáticos donde el sujeto puede ver todo teñido de rojo y con contenidos de angustia y terror. Estos síntomas pueden durar horas, es como si el sujeto soñara despierto, pasando después por la perplejidad y amnesia al desaparecer estos síntomas.

“… y de pronto no sentía placer solamente con acariciarlos y violarlos”

Delinquir bajo los efectos de sustancias estupefacientes.

Este es el tema del artículo de esta semana. ¿Hasta qué punto cometer un crimen bajo los efectos del alcohol o cualquier otra sustancia te hace inimputable?

El alcohol, concretamente el etanol, es una droga psicoactiva cuyo principal efecto asociado es la relajación y la alegría, pero ¿será que algunos criminales necesitan de estar ebrios para cometer crímenes?

Para Luis Alfredo Garavito era una condición “sine qua non” para haber cometido 140 asesinatos confesos, pero se estima que pudo haberle sesgado la vida hasta a 192 personas.

Todas sus víctimas eran menores de edades comprendidas entre los 6 y los 16 años.

Su modus operandi, era llamar la atención de los niños y adolescentes mediante engaño con dinero o con cualquier otro medio para que se fueran con él a dar un paseo, y cuando el menor mostraba signos de cansancio, se bebía una botella de cualquier licor y comenzaba a golpear al menor.

Aunque no sólo los apaleaba, también llegó a mutilarlos e incluso abusaba sexualmente de ellos.

En numerosas ocasiones, Luis se sentía avergonzado de sus actos, llegando incluso a buscar ayuda psicológica, pero la atención que le dieron fue para un sujeto con “depresión reactiva” (este tipo de depresión se da como consecuencia de un estrés mayor como una ruptura de pareja, la muerte de un familiar, pérdida de empleo, etc.)

Poco tiempo después de recibir la ayuda psicológica, Garavito comenzó a sentir una atracción muy fuerte hacia menores de edad, en sus propias palabras:

“Muchas veces me ocurrió que llegaban menores de edad al supermercado donde trabajaba a comprar algo, a mí me iba dando un deseo como lo que yo siempre he denominado una fuerza o un impulso de estar con ese menor de edad, acariciarlo, violarlo. En las horas de almuerzo aprovechaba, dos horas, y me iba para la vecina población de Quimbaya. Allí accedí a varios menores…[…]…únicamente los acariciaba, los amarraba, les quitaba la ropa y los violaba, pero finalizando el 80 y a comienzos del 81, me voy para la ciudad de Sevilla, me llevo a un menor, y de pronto no sentía placer solamente con acariciarlos y violarlos”.

En la desfigurada psiquis de Luis Garavito se había establecido la fatídica asociación entre el dolor ajeno y el placer propio, asociación que en muchas ocasiones desemboca en el matrimonio entre el sexo y la muerte. Cuanto más daño infligía a sus víctimas, más placer sentía.

Pero como he comentado antes, estos impulsos no acallaban su conciencia moral, que aunque no le frenaba, sí que le atormentaba, llegando incluso a buscar una justificación bíblica para cometer tales actos buscando el perdón divino. En más de una ocasión confesó que tenía que beber para poder cometer tales atrocidades, puesto que si no, no podría hacerlo.

Os dejo una entrevista que ofreció Luis Garavito desde prisión

Siempre que hay un aviso a la policía sobre un suceso en el que hay víctimas involucradas, viene a la cabeza la siguiente cuestión: ¿habrá sido un accidente o no?.

Esto es lo que se planteó la policía en un primer momento cuando el día 9 de diciembre reciben la llamada de un hombre pidiendo auxilio porque al entrar en la casa se encontró a su mujer tendida en el suelo al final de las escaleras y con mucha sangre alrededor.

Estoy hablando del llamado “Caso de la Escalera” o “The Staircase”.

Los hechos tuvieron lugar en Durham (Carolina del Norte), a determinada altura de la noche los servicios de emergencia recibieron una llamada de Michael Peterson, marido de Kathleen Peterson, porque al volver de la piscina entró en casa y vió a su mujer tendida e inconsciente en el suelo al final de las escaleras de subida al segundo piso, con una cantidad importante de sangre a su alrededor.

Como he comentado, en un primer momento, los investigadores se creyeron la versión de Michael de que su mujer se había caído por las escaleras y como consecuencia se había hecho una serie de golpes y cortes que le causaron la muerte, pero según iban avanzando las investigaciones esa primera hipótesis accidental fue perdiendo fuerza.

El agente encargado del caso, al estudiar todas las pruebas encontradas, dio su propia versión de los hechos: que Kathleen Peterson había sido asesinada por su marido Michael. El agente dijo que Katheleen presentaba una serie de golpes en el cráneo que no coincidían con las lesiones de una persona que se cae por las escaleras, además señala que la cantidad de sangre encontrada en el cuerpo de la víctima y alrededor no es compatible con una caída accidental, ya que Kathleen había fallecido por una elevada pérdida de sangre.

Michael Peterson, famoso escritor y columnista fue condenado por asesinato en primer grador, a permanecer en prisión por el resto de su vida sin posibilidad de libertad condicional.

¿Kathleen se cayó por la escalera, o murió a palos?

“No se desea quemar las cosas, solo ver el fuego en ellas”

Esta semana, debido al gran número de incendios que están sucediendo en España y Portugal, quiero dedicar la publicación a intentar analizar un poquito más la enfermedad psiquiátrica llamada Piromanía. Pero hay que entender, antes que nada, que la mayoría de los incendios no son provocados por pirómanos y sí por imprudencias o simplemente por lucro o satisfacción de hacer daño.

La piromanía está calificada bajo el epígrafe de Trastornos destructivos del Control de Impulsos y de la conducta en el DSM-V, los cuales se caracterizan por la presencia de una necesidad incontrolable de llevar a cabo un acto perjudicial o ilegal, sin tener en cuenta las repercusiones de este.

Quién lleva a cabo estos impulsos siente placer, relajación, interés, curiosidad y/o atracción.

¿Quién no ha sentido nunca atracción por el fuego? Muchos de nosotros, cuando éramos niños, nos quedábamos mirando fijamente al fuego porque era algo relajante, al menos en mi caso. Pero cuando ese interés no disminuye y sigue aumentando con en la edad es cuando podemos comenzar a hablar de la posible existencia de una enfermedad psiquiátrica.

John Orr es un capitán de bomberos e investigador de incendios del Departamento de Bomberos de Glendale en el sur de California, que fue muy conocido en la década de los 80, y no precisamente por ser capitán de bomberos. Orr también es conocido por el apodo “The Pillow Pyro” (Pirómano de la almohada) pues provocó más de 2.000 incendios que se cobraron la vida de cuatro personas.

El modus operandi de Orr era provocar fuegos usando un dispositivo incendiario de sincronización, generalmente era un cigarrillo con una goma elástica envuelta alrededor del extremo encajada en una caja de cerillas y todo ello envuelto en ropa de cama.

Cuando John encendía el cigarrillo atado a la ropa de cama que daba lugar al fuego, no conseguía nada, ni enriquecerse, ni vengarse de alguien, nada… Lo único que Orr obtenía era placer y el gusto de ver arder a su alrededor.

¿No es irónico que un bombero sea quién provoque incendios?

Aquí tenéis un pequeño documental sobre sus crímenes.

“Si piensas que esta es la única manera en que serás feliz, el cielo te dará la bienvenida de brazos abiertos”

La inducción al suicidio está tipificada en el código penal español en el artículo 143.1, con pena de prisión de cuatro a ocho años.

Según este artículo, la inducción al suicidio se produce cuando una persona consigue que el inducido se quite la vida a sí mismo empleando cualquier medio de persuasión.

Expongo esto para que podáis entender mejor el caso que os vengo a exponer hoy. Se trata del caso de Michelle Carter, quien indujo a su novio a suicidarse.

Michelle Carter es una joven de 17 años que conoció a su novio Conrad Roy en 2012 e iniciaron una relación amorosa. Roy no estaba pasando un buen momento en su vida hasta el punto de llegar a querer quitarse la vida como vía de escape a sus problemas.

Cuando Roy comentó esta idea con su novia Carter, esta le apoyó en todo momento pero no de la forma esperada, ya que Michelle animaba a su novio a quitarse la vida mediante mensajes como:

– “Si piensas que esta es la única manera en que serás feliz, el cielo te dará la bienvenida de brazos abiertos”.

– “Estás listo y preparado. Todo lo que tienes que hacer es encender el generador y serás libre y feliz”.

– “Aquí no eres feliz y jamás lo serás. En el cielo sí que serás feliz. Simplemente hazlo”.

Roy tuvo dudas en el último momento, de modo que salió del coche al sentir miedo a abandonar a su familia y al encontrarse mareado por el monóxido de carbono. Escribió a su novia contándole lo sucedido y ella le respondió “vuelve a entrar”, en una de las ocasiones en las que el chico tuvo dudas, Carter le dijo: “Tienes que hacerlo Conrad, o voy a tener que ayudarte”.

Conrad Roy se quitó la vida una noche de verano del año 2014 por intoxicación de monóxido de carbono, se lo encontraron encerrado en su coche a la mañana siguiente. Michelle Carter está acusada de homicidio involuntario a la espera de juicio.

¿En este caso, sería homicidio involuntario como la han acusado?, o ¿este delito estaría mejor tipificado como inducción al suicidio?

En el siguiente artículo tenéis más información sobre el caso.

En muchas ocasiones suceden cosas que son difíciles de explicar y que a veces son calificadas como situaciones normales.

Este es el caso de Pilar, Rosario y Francisco. Estos tres adolescentes menores de edad encontraron su final cuando iban a pasar una tranquila noche de acampada en los montes de Catadau en Valencia.

El cadáver de Pilar fue encontrado el 19 de enero de 1989 en una caseta de labranza en Fuente Cuerna, Macastre a una hora de donde los jóvenes iban a acampar.

Ese día, un pastor entró en la caseta como hacía habitualmente pero ese día no era como los demás, vio en una cama que allí tenía a una joven tendida, le tocó con un pie y se dio cuenta de que estaba muerta.

Se llamaba Rosario Gayete y tenía 15 años, salió de su casa unos días con dos amigos suyos rumbo a los montes de Catadau. No se sabía nada de sus dos amigos.

En un contenedor de Alcàsser, en Valencia, encuentran un pie humano lo que hizo pensar que podía pertenecer a uno de los dos jóvenes desaparecidos. Tres meses después un campesino descubre un cuerpo en avanzado estado de descomposición a unos 300 metros de la caseta donde se encontró a Rosario.

Un mes más tarde de este hallazgo, unos niños encuentran el cadáver de Pilar junto al río Magro, en el municipio de Turís, tiene la cara desfigurada, le falta un pie y una mano que han sido cortados con una sierra mecánica.

26 años después el crimen sigue sin resolver, un equipo de criminólogos de la Asociación Laxshmi para la Lucha contra el Crimen y la Prevención se han personado como acusación popular para intentar averiguar qué pasó.

En el siguiente enlace podéis el análisis de este caso por voluntarios de la Asociación Laxshmi:

https://www.youtube.com/watch?v=rxZOGLVhxUs

“—Flotan —gruñó la cosa—, flotan, Georgie. Y cuando estés aquí abajo, conmigo, tú también flotarás.”

“It”, esa nueva película que está en boca de todo el mundo gracias al reciente estreno de su remake pero, ¿por qué un payaso tiene que sembrar el terror?, ¿qué historia se esconde tras Pennywise?

John Wayne Gacy fue un asesino en serie americano que inspiró a Stephen King para dar vida al terrorífico payaso de su novela más célebre de su carrera.

John Wayne Gacy fue un asesino en serie que acabó con la vida de 33 jóvenes y niños en apenas seis años, entre 1972 y 1978. Las similitudes entre Pennywise y Gacy es que este también se disfrazaba de payaso y acudía a eventos infantiles bajo el sobrenombre de “Pogo el payaso”, aunque no se sabe con certeza si se aprovechó de ello para atraer a sus víctimas.

John tuvo una infancia difícil, ya que sufrió malos tratos por parte de su padre, que tenías problemas con el alcohol, debido a su peso y a su dudosa orientación sexual. También llegó a ser objeto de abusos sexuales por parte de un amigo de la familia cuando era joven.

El historial delictivo de John comenzó con abusos sexuales a menores hasta que uno de ellos le denunció y fue condenado a 10 años de cárcel, pero cuando pasó poco más de un año salió en libertad condicional por buena conducta.

En la cárcel aprendió algo muy importante para todo delincuente: que nadie podría denunciarle si la víctima desaparecía, y fue eso que puso en práctica en 1972 cuando se cobró su primera víctima, un joven al que engañó para ir con él, le obligó a mantener relaciones sexuales y luego le apuñaló en el pecho, enterrando el cadáver en su casa de Chicago, y no sería el único cadáver que encontrarían allí.

En 1978 John Wayne Gacy fue detenido con 33 crímenes a sus espaldas y fue condenado a 21 cadenas perpetuas y 12 penas de muerte, siendo en 1994 cuando recibió la inyección letal que pondría fin a su vida.

Podéis ver el siguiente documental si queréis saber más sobre el payaso asesino:

https://www.youtube.com/watch?v=KOCVHM3hCjI

John Wayne Gacy – Documentary

El caso que os expongo esta semana es menos conocido en España, pero sí que conmocionó a Estados Unidos.

Hoy voy a contaros la historia de Darlie Routier.

Darlie Routier es una mujer casada y madre de tres niños menores de edad. La noche del 6 de junio de 1996 la policía del estado de Texas recibe una llamada de Darlie en la que se nota muy nerviosa diciendo que un hombre ha entrado en su casa y ha acuchillado varias veces a dos de sus hijos y ha intentado acuchillarla a ella también.

Este fue el testimonio de ella, pero ¿qué fue lo que realmente ocurrió aquella noche?. Cuando llegó la policía tras la llamada al 911, los investigadores vieron que la mosquitera del garaje había sido cortada, lo que parecía indicar que por ahí pudo haber entrado el intruso, ya que no había ninguna puerta forzada.

Cuando los investigadores empezaron a estudiar las muestras de sangre de la casa y a comparar las evidencias que iban encontrando, con la declaración de Darlie, había algo que no cuadraba. En un primer lugar se estableció como móvil del crimen un robo frustrado, pero los detectives concluyeron que no faltaba nada de valor en la casa, ya que encontraron diversas joyas y un reloj de oro.

Entonces, sí el motivo de entrar en la casa y asesinar a dos niños e intentar asesinar a su madre no fue un robo, ¿qué motivo llevaría a un desconocido entrar en una casa para asesinar personas, y más especialmente niños?

Según Darlie, que estaba dormida cuando mataron a sus hijos, solo se despertó cuando notó el cuchillo del agresor en la garganta, ¿no oiría una madre gritar a sus hijos? ¿o al menos oír un forcejeo?

El marido de Darlie, Darin, estaba durmiendo en la parte superior de la casa con el otro hijo de la familia de 8 meses de edad y solo se despertó cuando oyó un ruido.

Cuando estaban los investigadores en la casa donde había ocurrido el crimen, Darin entró en la sala de estar donde ocurrieron los hechos, y en vez de preguntar por sus hijos, preguntó a los investigadores que si habían visto lo impresionante que es su mujer, ¿por qué tendría esa reacción, y no la de un padre preocupado por sus hijos?

Se encontraron multitud de pruebas y evidencias que condenaron a muerte a Darlie por el asesinato de sus dos hijos de 6 y 5 años de edad. Aún se encuentra esperando ser ejecutada.

Una cosa inquietante que llevó a sospechar de la madre de los pequeños fue que 8 días después del asesinato se encontraba celebrando el cumpleaños de uno de sus difuntos hijos en el cementerio riéndose y divirtiéndose, lo que llevó a pensar a los investigadores que algo no andaba bien.

¿Qué llevó a una madre asesinar de manera tan brutal a sus dos hijos?

Encontraréis la respuesta viendo estos dos documentales, uno en inglés y otro en español, de la investigación del caso.

Inglés:
https://www.youtube.com/watch?v=3g_OPKvDgpU

Español:
https://www.youtube.com/watch?v=6LlSBZoxQLs