En muchas ocasiones suceden cosas que son difíciles de explicar y que a veces son calificadas como situaciones normales.
Este es el caso de Pilar, Rosario y Francisco. Estos tres adolescentes menores de edad encontraron su final cuando iban a pasar una tranquila noche de acampada en los montes de Catadau en Valencia.
El cadáver de Pilar fue encontrado el 19 de enero de 1989 en una caseta de labranza en Fuente Cuerna, Macastre a una hora de donde los jóvenes iban a acampar.
Ese día, un pastor entró en la caseta como hacía habitualmente pero ese día no era como los demás, vio en una cama que allí tenía a una joven tendida, le tocó con un pie y se dio cuenta de que estaba muerta.
Se llamaba Rosario Gayete y tenía 15 años, salió de su casa unos días con dos amigos suyos rumbo a los montes de Catadau. No se sabía nada de sus dos amigos.
En un contenedor de Alcàsser, en Valencia, encuentran un pie humano lo que hizo pensar que podía pertenecer a uno de los dos jóvenes desaparecidos. Tres meses después un campesino descubre un cuerpo en avanzado estado de descomposición a unos 300 metros de la caseta donde se encontró a Rosario.
Un mes más tarde de este hallazgo, unos niños encuentran el cadáver de Pilar junto al río Magro, en el municipio de Turís, tiene la cara desfigurada, le falta un pie y una mano que han sido cortados con una sierra mecánica.
26 años después el crimen sigue sin resolver, un equipo de criminólogos de la Asociación Laxshmi para la Lucha contra el Crimen y la Prevención se han personado como acusación popular para intentar averiguar qué pasó.
En el siguiente enlace podéis el análisis de este caso por voluntarios de la Asociación Laxshmi: