Triángulo amoroso, celos, sentimientos obsesivos y la clara intención de acabar con la vida de una persona.
Si juntamos estos cuatro elementos, parece que estamos hablando de la trama de cualquier thriller de Hollywood, pero en esta ocasión el escenario es un barrio de Valencia, Patraix.
El 19 de agosto de 2017 ya habían pasado tres días desde que Antonio Navarro Cerdán perdiera la vida, presuntamente, a manos de Salvador R. L.
Antonio era un hombre felizmente casado con María Jesús M., pero lo que no sabía era la vida secreta que llevaba su mujer, pues no sólo compartía sentimientos con su marido, sino con varios hombres más.
Uno de esos hombres, Salva compañero de trabajo, recibía cartas de María Jesús creándole un sentimiento de dependencia emocional hacia ella que le llevó a asesinar a su marido sin pedirle nada a cambio.
María Jesús había hablado en varias ocasiones con sus amigos y amantes de lo malo que era Salva, que era violento y muy celoso. También se ha descubierto que dependiendo de la persona con la que hablara adoptada una actitud u otra, era una mujer que manipulaba y mentía con gran facilidad a sus amantes, amigas y compañeros del trabajo.
Dependiendo de con quién hablase, si eran algunas amistades o familiares, se mostraba abatida, compungida y desconsolada; pero acto seguido al hablar con su mejor amiga mostraba su alegría por la vida, e incluso le llegó a confesar que la muerte de su marido había supuesto una “liberación”.
Pero no sólo mantenía relaciones sexuales con Salva, sino también con otros dos hombres.
Se ha demostrado en las investigaciones policiales que la idea de asesinar a Antonio la tuvo su mujer, llegando a planear todo dejándole una llave del garaje a Salva, donde encontraron el cuerpo del fallecido, y durmiendo esa noche fuera para asegurarse que su marido aparca en la plaza de garaje donde se cometería el acto.
¿Hasta qué punto la maleabilidad de las personas y la capacidad de influenciar de otras, pueden llevar a jugarte tu libertad?