Estados Unidos, siglo XXI, armas en las escuelas.
Sigo si entender cómo es posible, con el daño que han hecho las armas en ese país, que en lugar de establecer una ley para un mayor control de las mismas, se den incentivos a los profesores que lleven armas a las escuelas.
La solución a los tiroteos en escuelas americanas es que los docentes puedan ir a clase armados, pero ¿qué clase de distopía es esta?
Nueve de los cincuenta estados que forman EE.UU. los profesores o personal de las escuelas de Primaria y Secundaria podían llevar rifles antes de que saliera esta “solución trumpariana”, siempre que posean licencia para ello. Cabe destacar que aparentemente la licencia de armas en Estados Unidos la regalan, porque la mayoría de los tiroteos son protagonizados por personas/adolescentes con desórdenes mentales, en su mayoría.
De los cincuenta estados, sólo en seis territorios no se pueden introducir armas en los centros docentes bajo ningún concepto y son California, Distrito de Columbia, Illinois, Massachusetts, Nueva Jersey y Nueva York.
El debate sobre si las armas de fuego deben ser aceptadas o no en las escuelas, es un poco ficticio, ya que la educación está muy descentralizada, y se financia con el equivalente al IBI de cada distrito escolar, lo que da pie a disparidades extremas, como por ejemplo que hay distritos escolares en los que la entrada de armas está terminantemente prohibido, al otro extremo en el caso del distrito escolar de Clarksville, en Arkansas, que se gastó el año pasado 68.000 dólares en entrenar a 13 profesores para que aprendieran a usar armas.
Como conclusión cabe decir que las armas no se combaten con más armas, sino con una regulación de su uso.