Estados Unidos, siglo XXI, armas en las escuelas.

Sigo si entender cómo es posible, con el daño que han hecho las armas en ese país, que en lugar de establecer una ley para un mayor control de las mismas, se den incentivos a los profesores que lleven armas a las escuelas.

La solución a los tiroteos en escuelas americanas es que los docentes puedan ir a clase armados, pero ¿qué clase de distopía es esta?

Nueve de los cincuenta estados que forman EE.UU. los profesores o personal de las escuelas de Primaria y Secundaria podían llevar rifles antes de que saliera esta “solución trumpariana”, siempre que posean licencia para ello. Cabe destacar que aparentemente la licencia de armas en Estados Unidos la regalan, porque la mayoría de los tiroteos son protagonizados por personas/adolescentes con desórdenes mentales, en su mayoría.

De los cincuenta estados, sólo en seis territorios no se pueden introducir armas en los centros docentes bajo ningún concepto y son California, Distrito de Columbia, Illinois, Massachusetts, Nueva Jersey y Nueva York.

El debate sobre si las armas de fuego deben ser aceptadas o no en las escuelas, es un poco ficticio, ya que la educación está muy descentralizada, y se financia con el equivalente al IBI de cada distrito escolar, lo que da pie a disparidades extremas, como por ejemplo que hay distritos escolares en los que la entrada de armas está terminantemente prohibido, al otro extremo en el caso del distrito escolar de Clarksville, en Arkansas, que se gastó el año pasado 68.000 dólares en entrenar a 13 profesores para que aprendieran a usar armas.

Como conclusión cabe decir que las armas no se combaten con más armas, sino con una regulación de su uso.

Esta semana me gustaría hacer una pequeña reflexión sobre la venta de armas en EE.UU.

¿Es necesario que cada persona tenga un arma en casa? ¿Tan peligroso es la vida estadounidense que crea dicha necesidad?

Como todos sabemos, la venta de armas en EE.UU. está a la orden del día, pero ¿cuál fue su origen?

El origen del derecho a la posesión de armas surgió en Inglaterra en la Edad Media, en 1181 Enrique II promulgó una ley que requería a todo hombre libre a tener armas al servicio del rey, es decir, que la posesión de armas estaba ligado al servicio militar.

En 1689 fue reconocido el derecho a poseer armas para defensa personal, llegando incluso a formar parte de la Declaración de Derechos de ese año. Este derecho a tener armas fue exportado a Estados Unidos, Canadá, Australia y otros territorios.

Años después, el Parlamento Británico impuso gran cantidad de restricciones que terminaron por abolir este derecho de posesión, a excepción de tres colonias inglesas en Norteamérica, y con la independencia de los Estados Unidos, la posesión de armas se convirtió en un derecho consagrado.

En Australia este derecho fue abolido cuando en 1966 un hombre con un fusil tipo AR-15 entró en un bar y una tienda de una zona histórica, matando a 35 personas e hiriendo de gravedad a más 19.
Después de su abolición, Australia no volvió a tener otro asesinato en masa.

La pregunta que corresponde hacer es, ¿no es suficiente los muertos que ha provocado la tenencia de armas en Estados Unidos para abolir este derecho? ¿Cuántos muertos más hacen falta para que se den cuenta de que la posesión de armas no trae más que problemas?

Más de 38.000 personas perdieron la vida por armas de fuego en el año 2016, lo que supone 12 de cada 100.000 habitantes, uno más que el año anterior, y se prevé que desde 1968 hasta 2015 habrían muerto más de millón y medio de personas. ¿No son muertos suficientes para abolir este derecho?